viernes, 4 de marzo de 2011

TIC en EDUCACION


Beneficios de la Tecnología de la Información en la Educación
La Tecnología de la Información eleva la calidad del proceso educativo al permitir la superación de las barreras de espacio y tiempo, una mayor comunicación e interacción entre sus actores, la construcción distribuida de crecientes fuentes de información, la participación activa en el proceso de construcción colectiva de conocimiento y la potenciación de los individuos gracias al desarrollo de las habilidades que esto implica.
Mayor comunicación.
Nuevos canales y vías de comunicación permiten superar las limitaciones de tiempo,
 personalidad, privacidad e intimidad presentes en la interacción cara a cara de los 
actores en el proceso educativo.
Mayor posibilidad de interacción entre estudiantes y maestros.
Interacción con estudiantes y educadores de otros programas, instituciones y lugares. 
Contacto directo y frecuente entre los actores del proceso educativo (personas e instituciones)
 tanto a nivel local y regional como nacional e internacional. Esto abre la posibilidad de 
mejorar la gestión de las instituciones y la práctica docente, a través del contacto con otras
 experiencias y propuestas metodológicas.
En adición, estudiantes, docentes e investigadores pueden tener contacto directo más
 fácilmente con los autores y las fuentes de conocimiento y material didáctico o
 investigativo.
Transmitir y construir colaborativamente ideas, conceptos, proyectos, visiones
 y reforzar la conciencia de las mismas a todos los actores del proceso educativo. 
Esto permite la divulgación amplia, rápida y económica de publicaciones y de
 resultados investigativos.
 
Mejor administración y distribución del Conocimiento.
Facilidad para la construcción de una base de conocimiento.  
Herramientas para la clasificación, organización, manejo y filtro de la información.
Mayor facilidad y eficiencia en la actualización, rehúso y distribución de contenidos
 y materiales didácticos.  
Más opciones de práctica y aprendizaje por ejercicios. En un entorno tradicional, un
 estudiante sólo contará con las preguntas y los ejercicios indicados por el maestro
 o listados en el libro de texto. En un entorno informatizado los mismos temas
 pueden ser preguntados incontables veces con distintos formatos y estructuras, 
valores, orden y preguntas, ofreciendo desafíos para el estudiante y permitiéndo
le ejercitar sus conocimientos mediante la práctica.
Mayores Fuentes de Conocimiento y Oportunidades de Investigación y Estudio
Acceso a más información y a sus fuentes directas.
Estudiante y educador tienen mayor acceso al conocimiento, realidades y experiencias,
 informaciones, noticias, eventos, investigaciones y desarrollos científicos y culturales.
Al contar los estudiantes con más información y fuentes, se puede fortalecer el proceso
 de construcción de conocimiento y dedicar más tiempo al mismo, en vez de a la parte
 mecánica de búsqueda de información, haciéndose un uso más provechoso del tiempo
 dedicado a las actividades educativas.
Lo anterior se traduce en el campo de la investigación y de los docentes en una mayor
 facilidad para la construcción de nuevos conocimientos y materiales.
 
Aprendizaje Colectivo.
Las herramientas TIC permiten convertir el aprendizaje en una experiencia colectiva y
 participativa donde todos pueden realizar importantes aportes al proceso y aprender de los demás. 
El estudiante tiene más oportunidades de participar activamente, consultando, opinando, 
proponiendo y contradiciendo en su propio tiempo y sin la presión proveniente por la competitividad
 que muchas veces implica el ambiente del aula.
Desarrollo de Habilidades Adicionales.
Su uso induce el desarrollo de habilidades de manejo, asociación y conceptualización que van más
 allá de la simple adquisición de conocimiento. 
La posibilidad de contenidos adicionales y ampliados, permite incentivar la habilidad de exploración
 e investigación del individuo.
Crecimiento como Persona
Tanto el docente como el estudiante tienen la oportunidad de conocer más sobre los temas que le son
 de su interés particular y crecer al socializar con personas afines y contar con acceso a informaciones 
sobre grupos, actividades, instituciones y novedades.
Trascender las barreras del tiempo y el espacio para...
Hacer innecesaria la concurrencia de educador y estudiantes para parte o la totalidad del proceso 
educativo, según el modelo. 
Permitir la interacción sincrónica y asincrónica de los estudiantes entre sí y con los educadores sin 
su presencia física.
Tener acceso sin horario al material, ambiente y herramientas académicas.  
Ver más allá de sus limitaciones físicas, adquiriendo una visión más global de la realidad y su entorno
 al entrar en contacto con una realidad ampliada.
Formar parte de grupos con interés común o nichos específicos. Realizar actividades e iniciativas
 conjuntas con personas distantes o cercanas.
Realizar investigaciones y trabajos conjuntos.
Intercambiar experiencias como “mejores prácticas, contenidos, etc.
Discutir situaciones y enfrentar problemas desde una óptica más global, con la experiencia y
 opinión de actores ajenos a la problemática particular.
Facilitar el aprendizaje continuo y posterior. En particular la participación en programas y cursos
 sin necesidad de provocar absentismo laboral o familiar, desplazamiento y sus costos relacionados.


El beneficio de las TIC dependerá, en gran medida, de cómo las use una determinada comunidad y cuánta importancia les otorgue en su desarrollo. De todos modos, parece claro que vivimos en tiempos en los que la máxima creatividad del hombre puede marcar la diferencia, porque la nueva economía ya no está tan centrada en los recursos naturales ni en las materias primas, sino en los flujos electrónicos de información. En esos términos, los beneficios podrían ser los siguientes:

o       Facilitan las comunicaciones.
o       Eliminan las barreras de tiempo y espacio.
o       Favorecen la cooperación y colaboración entre distintas entidades.
o       Aumentan la producción de bienes y servicios de valor agregado.
o       Potencialmente, elevan la calidad de vida de los individuos.
o       Provocan el surgimiento de nuevas profesiones y mercados.
o       Reducen los impactos nocivos al medio ambiente al disminuir el consumo de papel y la tala de árboles y al reducir la necesidad de transporte físico y la contaminación que éste pueda producir.
o       Aumentan las respuestas innovadoras a los retos del futuro.
o       La internet, como herramienta estándar de comunicación, permite un acceso igualitario a la información y al conocimiento.

Como conclusión se puede insistir en que son la calidad y la forma en las que los contenidos son producidos, transmitidos y percibidos por las personas, lo que garantiza el real aprovechamiento de las TIC en todas las áreas de la vida cotidiana. Las TIC bien utilizadas pueden generar nuevas oportunidades de acceso a la información, crear capacidades, mejorar la productividad, impulsar el desarrollo y, en definitiva, permitir avanzar en la creación de igualdad de opciones. Y es que las TIC son una herramienta cada vez más poderosa, pues participan en los mercados mundiales, promueven una gestión política más transparente y responsable, mejoran la prestación de servicios básicos y aumentan las oportunidades.

Sin embargo, se debe insistir una y otra vez en el hecho de que las TIC deben ser vistas sólo como herramientas que deben estar al servicio del ser humano y, por tanto, son un medio y no un fin en sí mismas. Únicamente viéndolas de ese modo se podrá aprovecharlas al máximo en función de una mayor calidad de vida de las personas, que implique una mejor educación, un mayor acceso a los servicios de salud y más oportunidades económicas en cuanto a empleo.
Nuevas tecnologías llegaron para quedarse, pero una parte importante de la ciudadanía, aún no percibe los beneficios que puede aportarnos su correcta utilización. Hoy en día es común escuchar que las nuevas generaciones poseen una aptitud natural para asimilar el uso de las nuevas tecnologías, lo cual es muy cierto, pero si no existe una política adecuada para orientar el uso que le dan a esta herramienta, nos encontraremos cada vez más con jóvenes que seguramente serán campeones del “chateo” y los juegos en línea, pero a la hora de realizar una investigación seria en Internet y redactar un buen documento de trabajo, aparecerán las falencias, y deberán recurrir a sitios donde se puede fácilmente "copiar y pegar". Basta entrar en cualquier blog, foro o lugar de intercambio en línea, para notar la creciente deformación del lenguaje que se está produciendo entre la gente jóven. Por supuesto, esto es solamente “la punta del iceberg” que nos indica la falta de orientación general y conducción en el buen uso de esta tecnología.
Si la juventud dedicara, al menos, la mitad del tiempo que ocupa en “chatear” y jugar en línea, para profundizar sus conocimientos y perfeccionar sus habilidades en el uso de programas o técnicas, que les pueda proporcionar beneficios extra escolares, seguramente se produciría un efecto multiplicador a nivel colectivo.
No basta con ampliar la conectividad, masificando el acceso a Internet, no basta con facilitar la adquisición de computadores, sino que al mismo tiempo, hay que preocuparse del buen uso y provecho que debiera obtenerse con estas herramientas para que se traduzca en beneficios reales a la comunidad. En pocas palabras, además de cantidad, también se requiere calidad.




TIC Y DOCENCIA UNIVERSITARIA


Interacción y tic en la docencia universitaria.


Resumen
Este artículo, además de tratar la necesidad del uso de las "TICs" tecnologías de la información y la comunicación en la docencia universitaria, relata la experiencia del uso de la plataforma Ilias en la Universidad de Jaén, la fundamentación del modelo didáctico que la sustenta, así como el análisis de la interacción educativa en situación de enseñanza/aprendizaje a través de las nuevas herramientas. Por último se plantea el estado de la cuestión en el uso de las TIC, tanto como apoyo a la docencia presencial como semipresencial o a distancia.
1. Introducción
Las universidades como uno de los sectores y ámbitos de desarrollo de la sociedad, no pueden permanecer al margen del uso e influencia de las TIC; son muchos los requerimientos de organismos internacionales, así como las necesidades que en el ámbito de la investigación, hacen incuestionable esta necesidad, sin ánimo de obviar la propia docencia universitaria de cara a su mejora en la llamada sociedad del conocimiento.
Estos contextos van a adaptarse al uso de estas herramientas, así como de las posibilidades que el empleo de las TIC ofrecen al proceso de enseñanza/aprendizaje. Nos estamos refiriendo a la creación de entornos interactivos, diferentes modalidades de aprendizaje, sitios web de las asignaturas, entre otros; que vienen a superar las variables espacio y tiempo y dando lugar a situaciones de enseñanza nuevas.
En este escenario de Educación Superior, las TIC permiten superar las condiciones de espacio y tiempo que favorecen la flexibilidad que las universidades necesitan y se conviertan en propuestas de innovación de la Educación Superior. Esta situación hace que las universidades no pierdan una oportunidad de oro, si tenemos en cuenta las ventajas que el uso de las TIC ofrecen tanto a la docencia presencial como a la modalidad a distancia o bien semipresencial. Este proceso puede llegar a que otros organismos, instituciones privadas, empresas, inicien proyectos que sin ser ellos responsables directos de docencia universitaria se conviertan en verdaderos gestores de la misma.
En el contexto universitario actual, las experiencias de uso de las TIC en la formación se ubican en un continuo que va desde niveles iniciales de sitios web de las asignaturas hasta los más complejos, representados por programas formativos en entornos tecnológicos de enseñanza/aprendizaje o Universidades virtuales (Área, 2004).
Por otro lado las Universidades prestan a la Comunidad Universitaria una serie de servicios a través de los Centros de informática u otras dependencias, en referencia a la mensajería electrónica, acceso a internet, bases de datos, bibliotecas, secretaria virtual, plataformas de teleformación, campus virtual, entre otras opciones (Cabero, 2003).
En esta misma línea, Gisbert, M. (2000) propone una serie de componentes de la gestión de un entorno tecnológico de enseñanza/aprendizaje: gestión académica, gestión de contenidos, gestión de recursos y gestión de la información. Componentes estos en los que están estrechamente vinculados los modelos de gestión y la concepción acerca del papel de las TIC como elemento innovador de la enseñanza universitaria.
Por otra parte Collins, B., W. Veen y De Vries, P. (1993) diferencian dos posturas ante la innovación educativa "Tomar la iniciativa" o "esperar y ver", lo que da lugar a otros nuevos escenarios. Como características del primer modelo destacan desde el punto de vista de los usuarios, la información acerca del curso, las herramientas de comunicación, las herramientas para el trabajo colaborativo y la evaluación. Desde el punto de vista de la herramienta, destaca la sencillez y facilidad de uso, la función tutorial del profesorado y los tiempos de respuesta.
El segundo caso, basado en el modelo de gestión institucional, se centra en las características de los alumnos, las características del curso y los recursos humanos y materiales disponibles
Con independencia de la perspectiva adoptada, la situación va a exigir a la universidad, tener en cuenta por otro lado, una serie de transformaciones apuntadas por el "Club de la Gestión de calidad" de España (1998), que al plantearse los cambios que deben realizarse en las instituciones para su adaptación social, llegan a la conclusión de que independientemente de los estudios realizados, los estudiantes deben adquirir una serie de competencias como son: liderazgo, trabajo en equipo, gestores del cambio, cultura básica empresarial, creatividad, habilidades para la comunicación, entre otras, y esto exigirá una transformación en la propia universidad.
La clave no es fácil, y por el contrario nos lleva a plantearnos una serie de cambios en los roles que tanto los gestores de la Institución, como el profesorado y alumnado han de llevar a cabo; no basta sólo con el uso de las TIC; como responsables de la docencia el profesorado necesita plantearse cómo incorporar las tecnologías a su enseñanza para la mejora.
Por lo tanto, no sólo es suficiente su uso, podemos ver profesores que sigan dando sus clases exactamente igual que lo venían haciendo y que el uso de las TIC no cambie e interfiera para nada. Por el contrario, de nada serviría digitalizar documentos con el sólo fin de acercarlos al alumnado. Hemos de tener presente que "los profesores sólo cambiarán si pueden ver claramente los beneficios del cambio y las desventajas de no cambiar; cualquier estrategia para poner en práctica el uso de la tecnología para la enseñanza y el aprendizaje debe tener en cuenta la cultura dominante de la universidad (Bates, T. 2001:126)
En este sentido, no debemos olvidar que el ámbito educativo no ha sido de los más abiertos en cuanto a la incorporación de las TIC, a diferencia de los industriales y económicos. El profesorado habitualmente se muestra reacio a cambiar su forma o estilo de hacer las cosas y aunque conocemos avances de incorporación de los nuevos soportes, las investigaciones realizadas muestran que no siempre los docentes hacen un uso eficiente de los mismos (Blázquez, F. y otros, 2000; Cabero, J. y otros, 1993; Cabero, J. y otros, 2000; Pérez y Pérez, R. y Otros, 1986).
Por otro lado múltiples investigaciones (Área, M., 2000; Estrada, J.C. 2000) destacan que la sociedad de la información será la sociedad del conocimiento y del aprendizaje, y que esto será para toda la vida. Las TiC van a desempeñar un papel crucial no sólo como generador de contenidos, sino como medio para alcanzar la formación de los ciudadanos.
Pero entendemos que el problema no está sólo en la competencia en el uso de las TIC, de plataformas u otros medios. Lo esencial del tema está en la utilización de los nuevos tipos de comunicación en los procesos de enseñanza/aprendizaje. La interactividad va a suponer nuevos espacios y posibilidades tanto al profesorado como al alumnado que también se explicita a lo largo de este artículo.
Descripción: trans
2. La interacción educativa en los nuevos entornos de aprendizaje
Las ventajas que ofrece el uso de las TIC en los procesos de enseñanza/aprendizaje son importantes tanto en referencia al alumnado como al profesorado, y que más adelante abordaremos. En este caso nos preocupa el uso didáctico y el enfoque con el que son construidos los contenidos con los que se trabaja en ellas.
Para algunos autores se trata de un cambio de paradigma, sobre el que se ha basado la educación, dando a entender la necesidad de un profesor facilitador-mediador y no a un simple transmisor de información, como si todos los profesores fueran de los últimos señalados. Lo que parece evidente es que los nuevos contextos de comunicación plantean metodologías nuevas en los procesos de enseñanza/aprendizaje, que incorporen las ventajas de la interacción comunicativa a su proceso de enseñanza.
Las investigaciones que tradicionalmente se han realizado en referencia a la interacción, tanto en el aula como sobre la interacción didáctica, los elementos de la interacción, se refieren a los años 80. Flanders (1977), Delamont (1985) Villar Angulo (1985), Medina (1988), han trabajado en modelos para el análisis de la interacción que son referentes clásicos a tener presentes en los nuevos entornos educativos.
La interacción didáctica es considerada por Medina (2001) como "un marco multirrelacional que se configura entre docentes y estudiantes, constituida en la ensencia de la actividad de enseñanza y propiciadora del aprendizaje profundo y formativo de cada alumno".
En esta línea, la interacción didáctica podemos considerarla como el conjunto de relaciones, transformaciones que emergen y se extienden en el aula o contexto educativo, que construyen en su actuación diaria los profesores entre sí, profesores y alumnos, orientados hacia objetivos diversos pero comunes en el desarrollo del proceso de enseñanza/aprendizaje y sometidos a las incidencias culturales, sociales del entorno y del propio sistema organizativo e ideológico y de la realidad personal de cada uno de los agentes participantes.
En este sentido interactuar es establecer una acción compartida y flexible que ayuda al logro del objetivo que propongan los participantes (Medina, 1989). Desde la perspectiva del marco conceptual, centrándonos en el ámbito educativo, la interacción es un escenario integrador de la acción docente, infundada en una metodología didáctica dirigida al desarrollo de la tarea formativa, a través de la dinamización relacional a nivel colectivo e individual.
En este sentido, la pertinencia de la metodología de aplicación para el desarrollo eficaz y creativo del proceso de enseñanza/aprendizaje, debe caracterizarse por ser fundamentalmente interactiva, fomentando la participación y favoreciendo un clima socio-comunicativo, flexible y adaptable desde una perspectiva crítica; debe estar basado en las necesidades del grupo y ser dinamizador del pensamiento y acción de todos los implicados. Este panorama arroja un papel del docente como dinamizador de una realidad relacional orientado a la predisposición e impulso de la participación e implicación colaborativa en el escenario interaccional del aula.
En definitiva vemos como la interacción, el clima social y el sistema metodológico son tres aspectos fundamentales que de forma complementaria emergen del aula y configuran una cultura propia. Esta cultura emergente va a entrar en juego con el grupo humano y el docente. Los grupos según los diferentes autores (Shandi, 1977) Medina (1979) Huber (1987) cosideran que el número de miembros oscila entre 5 y 7, mientras que otros autores entienden que un número entre 15 y 20 personas puede asegurar la calidad de la interacción.
Desde los planteamientos anteriores, nos interesa estudiar la interacción que se produce en los nuevos entornos de enseñanza/aprendizaje y analizar como las nuevas herramientas tanto síncronas como asíncronas generan y/o favorecen los procesos de interacción en el momento actual.
El gran potencial de la red y de los nuevos entornos de enseñanza se encuentra en las posibilidades de dialogo e interacción, concretándose en sistema tutorial, grupos de aprendizaje, trabajo colaborativo y en definitiva en la creación de verdaderas comunidades de aprendizaje. En este sentido retomamos desde el análisis clásico de la interacción, la estructura interactiva que se lleva a cabo a través de las nuevas herramientas.
2.1. El papel del profesor en el contexto interactivo de enseñanza
El profesor como orientador del proceso de enseñanza/aprendizaje en la selección de datos, contenidos de la asignatura va a tener que facilitar a sus alumnos la formación en el uso de las TIC. Como vemos se produce inicialmente un nuevo contenido, habilidad y competencia en la formación del alumnado; lo que exige de forma obligada la competencia en el profesorado con respecto al uso de las TIC, en cuanto al uso de internet, conocimiento de software educativo, con el fin de que pueda resolver situaciones favorables para sus alumnos.
La progresiva implantación de las TIC en las aulas de las universidades debe propiciar una metodología donde se fomente el intercambio de ideas, estrategias, dando importancia a la interacción grupal y a la relación de contenidos con las experiencias cotidianas, y eso es posible desde un cambio en el modelo didáctico, acercándose a pequeños proyectos e investigaciones.
La perspectiva didáctica ha de arrojar claves sobre el cómo hacer y qué hacer; reflexiones que deben ser previas a la innovación con TIC o de las TIC, estudiando las posibilidades que nos ofrecen y cómo no, las ventajas y mejoras de los procesos de enseñanza. Desde este planteamiento, las necesidades de formación del profesorado no sólo surgen por la incorporación de las TIC y la falta de medios, sino por las necesidades de reflexión y profundización en el modelo didáctico en cuanto a estrategias didácticas del profesorado, diseño de materiales, sistemas de comunicación, es decir nuevas competencias para su utilización didáctica (Cabero 2001a). En este sentido Salinas (2000a: 454) insiste en la necesidad de poner el acento en la docencia y no en la potencialidad tecnológica o en su disponibilidad.
Es preciso insistir en las características de la enseñanza (Contreras, 1990) como comunicación, de intencional, forzada, jerárquica, de comunicación institucionalizada, de comunicación grupal. Los procesos de enseñanza/aprendizaje se consideran como un sistema intencional que tiene lugar en un marco institucional, en el que se generan estrategias encaminadas a provocar el aprendizaje.
Desde estos planteamientos Poole, B. (1999) destaca una serie de capacidades y características fundamentales que un profesor debería tener en este nuevo ambiente informatizado:
A. Aplicar los principios educativos actuales, las investigaciones y la evaluación adecuados al uso informático y las tecnologías asociadas a él.
B. Explorar, evaluar y utilizar la informática /tecnología, incluidas las aplicaciones, el software educativo y la documentación asociada para apoyar el proceso educativo.
C. Poseer conocimientos del uso del ordenador para la resolución de problemas, recolección de datos, gestión de información, comunicaciones, presentación de trabajo y toma de decisiones.
D. Diseñar y desarrollar actividades de aprendizaje que integren la informática y la tecnología para estrategias de grupos de alumnos y para diversas poblaciones de estudiantes.
E. Evaluar, seleccionar e integrar la enseñanza mediante la informática/tecnología en el currículum de área temática y/o nivel educativo.
F. Conocer del uso de recursos multimedia, hipermedia e interactivos en la enseñanza.
G. Identificar los recursos para mantenerse al día en ampliaciones informáticas y tecnologías afines en el campo educativo.
H. Utilizar la tecnología informática para acceder a información que incremente la productividad personal y profesional.
Se trata de capacidades que acerquen al profesorado al entorno tecnológico y que a su vez se deberán incorporar al modelo didáctico que cada profesor siga en su enseñanza.
Por otra parte, y en el binomio enseñanza/aprendizaje es necesario destacar las posibilidades para el aprendizaje del alumno:
- Favorece la interacción: profesor-alumno, alumno-alumno y alumno-contenido de aprendizaje.
- Da más oportunidad de aprendizaje
- Respeta los diferentes ritmos de aprendizaje
- Posibilita el trabajo colaborativo            
- Proporciona acceso a la información y contenidos de aprendizaje
Haciendo una revisión de los modelos didácticos de teleformación, y teniendo en cuenta las distintas teorías curriculares que justifican el uso de los medios, se diferencian entre los que se utilizan de apoyo a la instrucción y aquellos que sirven de apoyo al aprendizaje (Área, 2002:208).
Fuente:http://www.monografias.com/trabajos901/interaccion-tic-docencia-universitaria/interaccion-tic-docencia-universitaria.shtml



Docencia Universitaria Hoy


Docencia universitaria hoy




Martha Adriana Saloma López
UVM-Querétaro
Resumen

Las políticas orientadas al aumento de la calidad y la equidad educativas han propiciado que el conocimiento se juzgue en función de competencias de actuación, limitando el desarrollo humano y  la libertad académica, mediante procesos de evaluación asociados al financiamiento y transformando la concepción sobre la universidad y su desarrollo como institución.

Las responsabilidades institucionales y docentes se han diversificado e incrementado creando situaciones de supercomplejidad que plantean  múltiples marcos de comprensión, acción y autoidentidad para los maestros. Es por ello, que el objetivo del presente trabajo es establecer los retos que enfrentamos actualmente los maestros ante las transformaciones de las Instituciones de Educación Superior (IES) y respecto a las academias como alternativa de formación y acción colectiva para enfrentarlos.

En el aula las demandas o exigencias para los docentes provienen de la política educativa y de propuestas que operan en el plano pedagógico didáctico. Los procesos académicos colegiados favorecen que el maestro analice críticamente los compromisos de la Institución y se desempeñe como profesional de la docencia.

Una de las conclusiones más relevantes que resume la situación de las universidades, así como la posición de los docentes frente a las transformaciones de las IES es que, en la educación superior el conocimiento ha dejado de ser un fin en si mismo para juzgarse en función de competencias de actuación, lo que restringe las posibilidades de desarrollo humano y  la libertad académica, a través de diversos procesos de evaluación asociados al control de la calidad educativa y la asignación de recursos financieros.

INTRODUCCION

Respecto al tema se han planteado reflexiones sobre diversos aspectos involucrados en la formación profesional que implican hoy compromisos académicos para las instituciones y los docentes que  trabajan en la educación superior.

Los retos que enfrenta un maestro actualmente en este nivel educativo son complejos y diversos, su desempeño se ha replanteado con base en modelos educativos centrados en el aprendizaje del alumno, que demandan también cambios sustantivos en la organización académico administrativa de las instituciones de educación superior (IES).

Estos cambios han sido impulsados a través de políticas internacionales, sectoriales e institucionales orientadas a mejorar la calidad y equidad de este nivel educativo. (Gibbons 1997, Didriksson 2000, ANUIES 2000, Consejo 2006)

Si bien la educación superior hasta la década de los sesenta podía considerarse como un bien cultural asociado a la posición social, a partir de los setenta pasó a ser considerada un bien económico y una de las fuerzas de producción de la sociedad. Ello dio lugar a la planeación, la cuantificación, el control de desempeños y resultados, de la capacidad productiva y la contribución a la sociedad1.

Así, el Estado somete a la universidad a diversos procesos de evaluación. El sector laboral  impacta los propósitos de la educación superior al punto de que el conocimiento deja de ser un fin en si mismo para juzgarse en función de competencias de actuación y la gestión pública acota la libertad académica. Todo ello condiciona y limita pero también transforma la concepción sobre la universidad y su desarrollo como institución. Hoy día ésta, se encuentra integrada a las ciudades en que se ubican, se han transformado en centros de consumo y producción de conocimiento y de intensificación cultural. La educación superior en todo el mundo es demandada por clientelas diversas y crecientes.2

Existe también una relación consustancial entre el conocimiento y los sistemas económicos3 que, ha modificado las relaciones laborales en que participan los profesionistas, ha dado lugar a valores y normas sociales que corresponden a esas nuevas relaciones, ha modificado la concepción sobre el conocimiento y el modo de aprender y de enseñar.4

Las exigencias planteadas a la universidad, se enmarcan  dentro de esas nuevas posturas de valor. El desarrollo del conocimiento fuera y dentro de la universidad se interrelaciona de tal forma, que éste es ahora un transmisor de intereses extramuros, en forma práctica o autorrealizada. Es claro que, en la academia, la epistemología compite con la técnica y la ontología.

Lo anterior ha generado diversas tensiones entre la libertad académica y las presiones económicas, políticas sectoriales y  demandas sociales que reclaman atención, con implicaciones limitantes para las posibilidades de desarrollo humano desde una concepción dominada por la racionalidad instrumental, y una visión circunscrita a la relación de la educación con la economía.

En este trabajo a partir de la recuperación de las ideas de algunos autores sobre el tema y de la propia experiencia docente se realiza una reflexión general sobre los retos que enfrentamos actualmente los maestros ante las transformaciones de las IES y respecto a las academias como alternativa de formación y acción colectiva para enfrentarlas.

Diversificación y multiplicación de responsabilidades

 El sistema de educación superior masiva es complejo, diverso y conflictivo, cualquier aseveración genérica requiere ser dimensionada en los ámbitos institucionales particulares. Sin embargo, los retos y responsabilidades que enfrentan hoy cada una de estas instituciones educativas  generan distintas interpretaciones de las acciones de quienes laboramos en ellas y de los marcos de conocimiento que las sustentan5.

Según Benett (2002) cuando nos enfrentamos a un exceso de datos, conocimientos o marcos teóricos dentro de una situación inmediata podemos hablar de una situación de complejidad. Cualquier profesional en ejercicio, y los maestros no podemos ser la excepción, está obligado a  actualizarse  respecto a los conocimientos, procedimientos e instrumentos nuevos que existen en su campo, lo que le plantea constantes desafíos cognitivos y operativos. Adicionalmente, al trabajar en ambientes sujetos a procesos de control de gestión, requieren reconocerse como consumidores de recursos obligados a rendir cuentas de sus actividades y resultados ante la organización que los emplea.

Por otra parte, la tendencia a incrementar la participación de la sociedad en el planteamiento de soluciones para sus necesidades, aumenta en ella  también la conciencia de sus derechos y  aspiraciones respecto a la calidad de los servicios que se le brindan, e implica su participación activa en cualquier decisión de intervención profesional que se realice.

Lo anterior significa que un profesional requiere manejar no sólo situaciones de complejidad, sino múltiples marcos de comprensión, acción y autoidentidad que Benett (2002) identifica como una situación de supercomplejidad característica del mundo actual.

Convertida la universidad en una organización con diversos papeles en el entorno social resultantes en parte de la sociedad del conocimiento, requiere por ello gestionar sus recursos financieros y humanos, y demanda que los desempeños de quienes laboran en ella sean más precisos,  con responsabilidades explícitas y relaciones claras.

Hay consenso en las instituciones de educación superior sobre la necesidad de una buena gestión, lo cual favorece la adaptación de los docentes a la amplitud de las cargas académicas que tienen hoy, dependiendo de su tipo de adscripción; dichas cargas pueden incluir: docencia, producción académica, tutoría, investigación, publicaciones, participación en comisiones, grupos colegiados y redes académicas o profesionales. Estas actividades son evaluadas periódicamente con propósitos académicos y administrativos vinculados a procesos de control de calidad y asignación de recursos financieros6.

Implicaciones de la complejidad en la docencia

“La docencia es una tarea específica relacionada con el establecimiento de condiciones que faciliten el acceso al conocimiento”7. Ha sido, es y será fin y función sustantiva de las instituciones de educación superior, a quienes la sociedad ha encomendado la  formación de profesionales, científicos y técnicos  capaces de generar, aplicar y difundir conocimientos para la solución de los problemas y necesidades sociales y  para la innovación de su ejercicio profesional.

Desde esta perspectiva,  la  práctica educativa “es una acción orientada, con sentido donde el sujeto tiene un papel fundamental como agente, aunque insertado en la estructura social.”8 Busca incidir en la transformación de otro, y propicia que los sujetos se formen. Como parte de la práctica educativa y en el ámbito de trabajo en el aula Díaz Barriga (2005) plantea que las demandas o exigencias para los docentes provienen de la política educativa y de un conjunto de propuestas que operan en el plano pedagógico didáctico y proceden de las teorías psicológicas, las proposiciones curriculares, la sociedad del conocimiento, las tecnologías de la información y los avances del conocimiento.

En México, durante el sexenio pasado, la política educativa (Plan Nacional de Educación 2001-2006) incluyó, entre otras metas y orientaciones que influyeron en el desempeño docente, la incorporación de enfoques educativos centrados en el aprendizaje, la actualización y flexibilización de planes y programas de estudio, el uso intensivo de las tecnologías de la información y la comunicación (TICs), la mejora  en los procedimientos e instrumentos  para la evaluación de los aprendizajes, la atención individual y grupal de estudiantes por medio de tutorías y la elaboración y aplicación de programas para desarrollar hábitos de estudio.

De la política educativa también se han derivado un conjunto de programas vinculados con el otorgamiento de estímulos económicos  a la productividad y la superación académica tales como: Sistema Nacional de Investigadores (SNI), Estímulo al desempeño académico y Mejoramiento del Profesorado (PROMEP)  entre ellos existen diferencias significativas en cuanto a perspectiva institucional  y  exigencias para los docentes.

A las demandas políticas se suman las actuales propuestas de la psicología educativa con múltiples desarrollos del constructivismo y diversas estrategias para propiciar el aprendizaje tales como: enseñanza situada, aprendizaje basado en problemas, aprendizaje colaborativo y estudio de casos. Desafortunadamente no siempre existe convergencia entre las distintas propuestas y en ocasiones su aplicación en la práctica se realiza sin procesos previos de reflexión que posibiliten la comprensión de la acción, en cuanto a la interpretación de su sentido, intención y significado.

En este contexto, buen número de docentes no se asumen como profesionales y adoptan mucho más la identidad del empleado, desarrollando comportamientos que muestran dependencia  de la autoridad educativa  e implican renuncia al conjunto de decisiones que como profesionales docentes deben tomar en términos didácticos.  El reto, es asumir que, como docentes debemos proponer continuamente las estrategias de aprendizaje acordes con la situación y el desempeño de cada grupo escolar, pues no existen soluciones didácticas universales.

Por otra parte, el currículo flexible y el currículo por competencias promueven también cambios en la docencia universitaria, la imposibilidad de prever actualmente las transformaciones que la tecnología impondrá al desempeño profesional en el futuro,  justifican orientar la formación profesional hacia la actualización permanente y el desarrollo de habilidades para enfrentar situaciones nuevas.

La flexibilidad curricular  busca aumentar la eficiencia educativa, promover la movilidad estudiantil  y mantener actualizados los planes de estudio al incorporar en ellos en forma dinámica y permanente los avances de la ciencia y la tecnología. Estos planteamientos  constituyen demandas contradictorias para el docente que periódicamente debe terminar el programa de estudios  y simultáneamente asegurar la incorporación  de los avances científicos en su campo.

El enfoque curricular por competencias no ha sido desarrollado plenamente por las dificultades para la conceptuación y aceptación del término y la falta de experiencia sólida para su aplicación en los distintos niveles del sistema educativo. Sin embargo, a muchos docentes  se les demanda hoy participar en procesos de reestructuración curricular orientados al rediseño de programas con este enfoque.

Adicionalmente la sociedad del conocimiento y los desarrollos tecnológicos inauguran retos inéditos para el trabajo docente tales como: utilizar el Internet, actualizar sus fuentes de información constantemente, solicitar a sus alumnos trabajos que impliquen creatividad en el uso de la información, toma de posiciones personales, y el desarrollo de habilidades para la presentación y defensa de éstos. La evaluación del aprendizaje en este contexto constituye un desafió más para el maestro.

El desarrollo de modelos educativos virtuales exige del docente no solo dominio de contenidos, sino capacidad para el diseño, operación y evaluación de estrategias educativas diversas para su aplicación mediada por recursos tecnológicos. Este tipo de trabajo generalmente requiere una gran inversión de tiempo y la capacidad para trabajar en equipos interdisciplinarios.

Frente a todas estas demandas se espera que el docente universitario esté actualizado y tenga capacidad de respuesta pertinente y oportuna, lo que lo enfrenta cotidianamente a lo que Barnett denomina como una situación de supercomplejidad asociada a los compromisos actuales de las IES.

En este contexto, las academias constituyen el espacio en el que se generan relaciones sociales que dan lugar a acciones cuyo objetivo es compartir, difundir y crear nuevos conocimientos tendientes a solucionar problemas de la práctica docente.9 Éstas deben operar como verdaderos grupos de aprendizaje y sus integrantes constituirse en sujetos y objetos de aprendizaje y de investigación, cuyos intereses y actividades se orienten a identificar y dar solución a los problemas de aprendizaje de sus alumnos, pero también a analizar críticamente las tareas de planeación, operación y evaluación de su propia práctica docente, para  hacerla, individual y colectivamente, más congruente con sus fundamentos, fines y ámbito de aplicación. En este proceso, a nivel temático y dinámico, es factible construir y reconstruir el proceso formativo previsto institucionalmente, a partir de investigación participativa, registro y seguimiento del propio quehacer  docente y del de la academia.

La investigación provee de esta manera conocimientos rigurosamente construidos acerca de las acciones y la práctica, concebida ésta como “un sistema complejo”.10 y posibilita al maestro procesos de diálogo, conciencia, reflexión y autorregulación orientados a la intervención y transformación sobre el saber, hacer o querer propio y de otros.


Conclusiones

Las políticas orientadas al aumento de la calidad y la equidad de la educación superior han propiciado la diversificación y reformulación del papel social y académico de las universidades, frente a las demandas del Estado, del sector económico y de las necesidades sociales que han transformado la concepción sobre la universidad y su desarrollo como institución.

La relación entre el conocimiento y los sistemas económicos ha modificado las relaciones laborales y ha generado nuevos marcos axiológicos y normativos para el trabajo profesional, modificando la concepción sobre el conocimiento y  los modelos educativos.
En la educación superior el conocimiento ha dejado de ser un fin en si mismo para juzgarse en función de competencias de actuación, lo que restringe las posibilidades de desarrollo humano y  la libertad académica a través de diversos procesos de evaluación asociados al control de la calidad educativa y la asignación de recursos financieros.

En este contexto se han diversificado y multiplicado las responsabi En este contexto se han diversificado y multiplicado las responsabilidades de las IES y de los docentes situación que según Barnett es característica del mundo actual y que puede denominarse como de supercomplejidad porque los maestros como profesionales requieren manejar múltiples marcos de comprensión, acción y autoidentidad.

Díaz Barriga plantea que en el aula, las demandas o exigencias para los docentes provienen de la política educativa y de propuestas que operan en el plano pedagógico didáctico. Así, los retos que enfrenta el maestro en su desempeño están relacionados con: la puesta en práctica de modelos educativos centrados en el aprendizaje, la actualización y flexibilización curricular para el logro de competencias de actuación, el uso intensivo de las TICs y el desarrollo de modalidades educativas virtuales, la mejora  en la evaluación de los aprendizajes, la atención y apoyo a estudiantes por medio de tutorías y de programas para desarrollar hábitos de estudio.

 Estas exigencias no siempre son convergentes y pueden generar confusión en el maestro quien debe asumirse como profesional de la docencia capaz de fundamentar y tomar las decisiones didácticas adecuadas para cada contenido, grupo y condiciones de aprendizaje bajo su responsabilidad, en lugar de atender acríticamente las demandas de innovación educativa que se le plantean.

La multiplicidad de demandas que propicia la política educativa,  por si mismas no constituyen orientaciones claras para la acción académica, se hace necesario su análisis colegiado en las instituciones para contar con una visión cabal, crítica y organizada de éstas que permita valorar  la factibilidad  e impacto de su puesta en práctica.

En la medida que los docentes de la educación superior participen en procesos académicos colegiados orientados al análisis de las funciones de la universidad y a ratificar o rectificar su misión y visión institucional, estarán mejor preparados para desempeñarse como profesionales de la docencia y contribuir  a la definición y cumplimiento de los compromisos institucionales.

Las academias deben operar como verdaderos grupos de aprendizaje donde sus miembros se constituyan en sujetos y objetos de aprendizaje y de investigación para construir y reconstruir el proceso formativo previsto institucionalmente, a partir de investigación participativa, registro y seguimiento del propio quehacer y del de la academia. La investigación posibilita al maestro procesos de diálogo, conciencia, reflexión y autorregulación orientados a la intervención y transformación sobre el saber, hacer o querer propio y de otros.